Ayer, cuando escribí sobre un viejo fotógrafo profesional que me enseñó a usar un objetivo zoom como herramienta de composición, recordé otra influencia que tuvo sobre mí: la de tener siempre en cuenta el fondo y los alrededores del sujeto de tu retrato.
Imagen de Blazej Mrozinski
Recuerdo que una tarde miré uno de sus portafolios y me maravillé de la forma en que era capaz de crear tomas que eran tan…. interesante.
Era el tipo de fotógrafo que producía retratos que no podías mirar; te cautivaban, realmente te atraía la imagen.
Recuerdo que traté de pensar en cómo lo hizo y, después de pensar un momento, respondió:
"Paso más tiempo pensando en el fondo de mis tomas que pensando en el tema principal".
Con eso en mente, volví a analizar algunas de las imágenes de su portafolio de retratos y me di cuenta de que tenía razón: imagen tras imagen presentaba sujetos rodeados de fondos bien considerados e interesantes.
Imagen de orangeacid
- Los fondos dieron contexto y contaron las historias del tema.
- No abrumaron ni distrajeron del tema, sino que le dieron significado y les dieron vida.
- A veces, los alrededores de la persona comunicaban quiénes eran y a veces te dejaban intrigado, queriendo saber más.
Imagen de un ojo inexperto
Salí del desafío de esa experiencia para considerar los antecedentes y el entorno de las personas que fotografiaba y me encontré pensando menos en cómo posar a las personas, pero pensando más en la escena en la que colocarlas.
Imagen de mharvey.nyc
PD: No estoy sugiriendo que esta sea la única o la mejor manera de hacer retratos. Ciertamente, también hay un lugar para los retratos minimalistas que aíslan el tema, pero creo que muchos fotógrafos podrían aprender mucho si consideraran más sus antecedentes.
Lectura relacionada
- Introducción a los retratos ambientales
- 9 estrategias para lidiar con fondos que distraen
- 5 formas en que los fondos hacen o deshacen las fotos