Uno de los temas más fascinantes y emocionantes para fotografiar es posiblemente un niño. ¡Los niños también pueden ser una de las personas pequeñas más difíciles de fotografiar! Captarlos realmente, en su elemento, y obtener algo más que una simple sonrisa, a veces puede ser un trabajo de paciencia, inteligencia e ingenio rápido. Los siguientes consejos de Véronique da Silva te ayudarán a conseguir esas imágenes que detienen el tiempo, que hacen llorar a los padres y que realmente cuentan una historia.
Lo primero es lo primero: ¡la preparación! Recuerde avisar a los padres en consecuencia. Planifique siempre el tiempo suficiente; es decir, es posible que necesite de 2 a 3 horas para los niños muy pequeños (lactancia / refrigerios / descansos) y de 1 a 2 horas para los niños mayores. No es justo asumir que un niño participará y colaborará de la misma manera que lo haría un adulto. Debes adaptarte a ellos, y no al revés.
Siempre les digo a los padres que se aseguren de que los niños hayan tomado una siesta y estén bien alimentados antes de que comience la sesión. Elija siempre un horario para la sesión que se adapte al horario del niño y evitará uno de los escollos más comunes.
¡La ropa adecuada es esencial! Recuerde a los padres que los niños colaborarán mucho mejor si a) se sienten cómodos con su ropa, b) si se les da la oportunidad de elegir su propio atuendo. Esto asusta a algunos padres que podrían pensar que la hora de la foto = sacar el atuendo navideño. Asegúreles gentilmente que las imágenes serán mucho más reveladoras y menos artificiales si el niño se siente cómodo y seguro. ¡Amo a un niño que aparece con orgullo vistiendo un tutú!
Sugiero encarecidamente comenzar una sesión en un lugar familiar para el niño / niños; es decir, su casa, una playa o parque favorito, y luego mudarse de ubicación si lo desea. Cuando se presente a la sesión, no comience a tomar fotografías de inmediato. Tendrá que ganarse la confianza del niño y de los padres antes de que suceda algo verdaderamente mágico. Por lo general, me siento y hablo con los adultos durante unos minutos y luego comienzo a interactuar suavemente con los niños.
Recuerda ralentizar todo. Por lo general, les pido a los padres que salgan de la habitación o de la vista inmediata (no detrás de mí …) cuando comienzo a interactuar con los niños, cámara en mano. ¡Evite a toda costa que mamá o papá detrás de usted le digan a su hijo que sonríe y mire a la cámara! ¡Este es otro gran escollo! Hable con los niños, pero lo más importante, escúchelos (¡inevitablemente saldrá un poco más sabio de cada sesión si lo hace!). ¡Deja que suceda la magia!
- Ponte a su nivel y entenderás su mundo: agáchate, acuéstate, siéntate, etc. También se sentirán más a gusto si los miras desde su altura.
- Hágales preguntas y hágales hablar o pensar. Pídales que le cuenten su historia favorita o que le muestren su juguete / piedra favorita, etc.
- Deja que te guíen a través de la sesión de fotos y no te engañes pensando que es al revés. Sugiera ideas y anime cosas pero sea flexible.
- Paciencia, paciencia, paciencia.
- ¡Divertirse! ¡Te lo aseguro, lo harás!
Sobre el Autor: Véronique da Silva es una fotógrafa de retratos y estilo de vida.
Visite su sitio en www.dasilvafoto.com.